La presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, solicitó la disolución del organismo, argumentando que es una herencia del neoliberalismo que ya no satisface las necesidades del pueblo.
Al rendir su informe ante la Cámara de Diputados, Piedra Ibarra expresó su firmeza en transformar radicalmente la comisión, creada en 1990 durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari como parte de las demandas del Tratado de Libre Comercio (TLC).
La gestión de Piedra Ibarra ha estado marcada por conflictos debido a su afiliación con Morena y su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador. En su propuesta de disolución, la presidenta enmarcó la necesidad de crear una nueva institución que emerja como defensora de los derechos del pueblo.
Durante su presentación, la titular de la CNDH destacó los cambios realizados durante su gestión, enfocándose en la defensa de los derechos humanos y reduciendo el presupuesto. Presentó una iniciativa ante legisladores para crear la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo en lugar de la CNDH.
La propuesta de disolución se produce en medio de críticas hacia la actuación de Piedra Ibarra, acusada de tomar decisiones políticas en favor del gobierno, como avalar la militarización de la Guardia Nacional y respaldar la reforma electoral propuesta por el presidente López Obrador.
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