Un hallazgo que desafía las certezas astronómicas sobre los objetos interestelares
El cometa 3I/ATLAS desconcierta más a científicos por su comportamiento atípico y las incógnitas que ha generado en la comunidad astronómica. Desde su detección, los telescopios terrestres y espaciales han seguido de cerca su evolución, pero recientes declaraciones del astrofísico Avi Loeb han desatado una polémica que involucra a la NASA y un supuesto ocultamiento de información clave.
Harvard cuestiona a la NASA por su silencio ante 3I/ATLAS
Durante su participación en The Joe Rogan Experience, el catedrático de Harvard acusó a la agencia estadounidense de no ser transparente con los datos sobre el cometa 3I/ATLAS. Según Loeb, “la mejor imagen del objeto se obtuvo el 2 de octubre de 2025, cuando se aproximó a 30 millones de kilómetros de Marte”.
La fotografía habría sido tomada por la cámara HiRISE a bordo del Mars Reconnaissance Orbiter, pero —de acuerdo con sus declaraciones— nunca se publicó oficialmente.
“Escribí al investigador principal de HiRISE preguntándole: ‘¿Puedo obtener los datos? Soy científico’. Nunca obtuve respuesta”, comentó Loeb.
El investigador sostiene que esa imagen podría ofrecer pistas sobre el inusual chorro de gas y polvo que, a diferencia de otros cometas, apunta hacia el Sol y no en dirección contraria.
El cometa 3I/ATLAS desconcierta más a científicos precisamente por esa emisión atípica, que podría revelar procesos no observados en cuerpos de origen interestelar.
Un silencio que coincide con la parálisis del gobierno de EE.UU.
El reclamo de Loeb se dio justo cuando la NASA enfrentaba la suspensión parcial de operaciones por el cierre de gobierno en Estados Unidos, iniciado el 1 de octubre.
El paro técnico afectó tanto la actualización de sus plataformas como la comunicación con medios e investigadores, debido a la falta de acuerdo presupuestal entre el presidente Donald Trump y la oposición demócrata.
En consecuencia, los portales oficiales de la agencia muestran información del cometa solo hasta julio de 2025, mientras que la Agencia Espacial Europea (ESA) continuó con las observaciones desde sus telescopios en Hawái, Chile y Australia, en colaboración con algunos instrumentos de la propia NASA.
¿Qué sabemos realmente del cometa 3I/ATLAS?
El cometa 3I/ATLAS es un visitante interestelar: el tercero de su tipo detectado en la historia, después de 1I/ʻOumuamua y 2I/Borisov. Descubierto el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS (Sistema de Alerta Final para Impactos Terrestres de Asteroides) en Río Hurtado, Chile, y confirmado por la Unión Astronómica Internacional semanas después.
Su perihelio —el punto más cercano al Sol— ocurrió el 30 de octubre. A diferencia de los cometas comunes, su trayectoria es hiperbólica, lo que indica que no pertenece al Sistema Solar. Se desplazará nuevamente hacia el espacio interestelar tras pasar cerca de Júpiter en marzo de 2026.
Aunque no representa peligro alguno para la Tierra, su rareza ha capturado la atención de científicos y observadores por igual. Las observaciones más recientes muestran que su color cambió drásticamente: ahora es más brillante y azulado que el Sol, un fenómeno que intriga tanto como deslumbra.
Nuevas observaciones y enigmas
Desde el 21 de octubre, el cometa ha sido visible para instrumentos solares como STEREO, SOHO y GOES-19, que han documentado su aumento de brillo conforme se acerca al Sol. Las fotometrías en color del LASCO/CCOR-1 muestran un viraje del tono rojizo a un azul intenso, señal de reacciones aún no comprendidas.
La mayor aproximación del cometa a la Tierra se espera el 19 de diciembre de 2025. En esa fecha, los telescopios espaciales Hubble y Webb planean realizar observaciones detalladas para determinar la composición del cometa y explicar su acelerado aumento de luminosidad.
“La razón del rápido aclaramiento de 3I/ATLAS, que supera con creces a la mayoría de los cometas de la nube de Oort, sigue sin estar clara”, señalan los autores del estudio más reciente.
Ciencia, política y misterio
En la frontera entre la curiosidad científica y el escepticismo institucional, el caso de 3I/ATLAS se ha convertido en una conversación sobre cómo la ciencia enfrenta lo desconocido. No se trata solo de un cometa que brilla distinto, sino de un recordatorio de lo mucho que aún ignoramos sobre los viajeros interestelares… y sobre los silencios que orbitan alrededor de ellos.
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