Por unanimidad de 118 votos, el Pleno del Senado aprobó la creación del Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH), que será el responsable de brindar una búsqueda efectiva y certera de personas desaparecidas, así como un trato digno a los cuerpos y restos humanos sin identificar.
El decreto aprobado fue turnado de al presidente de la República para su promulgación.
Con la creación del CNIH se fortalece a la Comisión Nacional de Búsqueda y se brinda una herramienta efectiva y certera para la identificación de personas desaparecidas, la cual constituye una lacerante realidad para el país, afirmó la senadora del PAN, Kenia López Rabadán.
La también presidenta de la Comisión de Derechos Humanos agregó que es fundamental que las autoridades responsables y los impartidores de justicia tengan presente la importancia del cumplimiento de su obligación en la investigación y en la búsqueda, además de que asegura un trato digno a los cuerpos y restos humanos que se encuentran sin identificar.
“Esto, con el propósito de garantizar el derecho de toda persona desaparecida o no localizada a ser buscada o en su caso identificada, así como a la reparación integral del daño y el acceso a las garantías de no repetición”, explicó.
La senadora de Morena, Nestora Salgado, destacó la relevancia de esa reforma a la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas y ordenamientos, propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que dijo, el Ejecutivo federal “fue el primero y el único en reconocer que hay una crisis” en la materia y es fundamental la operación del CNIH para la búsqueda de personas.
De 1964 a 2022 hay un registro total oficial de 243 mil 240 personas desaparecidas, no localizadas y localizadas.
De éstas cifras, al día de hoy aún permanecen desaparecidas y no localizadas 99 mil 080 personas.
También con datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) de la Secretaría de Gobernación, más de 144 mil personas han sido localizadas, desafortunadamente, 9 mil 827de ellas sin vida.
En el dictamen aprobado se resalta que “la desaparición constituye un abuso especialmente cruel contra los derechos humanos, ya que da lugar a una violación continuada en tanto que la suerte o el paradero de la víctima no sea determinado. Constituye, además, una violación de los derechos de las familias y los seres queridos de la víctima que, a menudo, tienen que esperar años para conocer la verdad sobre la suerte corrida por la persona desaparecida”.