A poco tiempo de finalizar el año 2024, la asociación Causa en Común mantiene un sombrío conteo que registra más de 300 policías asesinados en México, cifra que aún podría incrementarse con los casos ocurridos durante diciembre, un mes que históricamente no ha estado exento de violencia contra las fuerzas de seguridad.
En Tabasco, la violencia contra policías ha dejado un saldo alarmante. Hasta octubre, se reportaron ocho policías asesinados. El caso más reciente ocurrió el 25 de octubre, cuando cuatro elementos fueron atacados en la colonia Indeco. Días antes, otro policía fue asesinado afuera de un banco, aunque en los conteos oficiales solo se registraron cuatro de los cinco fallecidos en esos incidentes.
Además, el saldo de víctimas aún no incluye eventos como la emboscada ocurrida en junio, donde murieron cuatro policías más. Con estos casos añadidos, la cifra total de policías asesinados en Tabasco durante 2024 superaría los 12 elementos, reflejando un panorama de creciente inseguridad para los cuerpos policiacos en la entidad.
A nivel nacional, hasta mediados de diciembre, Causa en Común contabilizó 297 policías asesinados, y se espera que el número final del año supere ampliamente esa cifra. Las entidades más afectadas por la violencia contra policías son Guanajuato, Estado de México, Guerrero y Chiapas, donde se concentran la mayoría de los ataques contra elementos de seguridad en sus tres niveles de gobierno.
El asesinato de policías en México refleja un desafío grave para la seguridad pública y el estado de derecho. Estos crímenes no solo afectan a las víctimas directas y sus familias, sino que también minan la confianza en las instituciones y complican los esfuerzos por combatir al crimen organizado. En entidades como Guanajuato, Guerrero y Tabasco, los ataques sistemáticos contra policías evidencian la vulnerabilidad de los agentes frente a las redes delictivas.
Diversos sectores han urgido al fortalecimiento de las estrategias de protección y seguridad para los elementos policiacos, así como a la mejora en sus condiciones laborales y el acceso a capacitación adecuada. Sin estas medidas, el impacto de la violencia sobre las fuerzas de seguridad continuará siendo un obstáculo significativo en los esfuerzos por garantizar la paz y el orden en el país.