El Hotel Rubí Tulum se ha convertido en el símbolo de una profunda crisis que sacude al destino turístico más popular del Caribe mexicano. Turistas que habían pagado sus reservaciones con antelación llegaron al lugar solo para encontrarlo cerrado, sin personal y con signos de abandono, pese a que su página web seguía activa y aceptando nuevas reservas. En Cambio Diario te trae los detalles.
Las imágenes del sitio en ruinas y los testimonios de viajeros indignados evidencian una situación preocupante: el presunto fraude del Hotel Rubí Tulum no solo afectó a visitantes, sino que expuso una red de prácticas engañosas que dañan la reputación de Tulum ante el mundo.
Fraude y abandono en el Hotel Rubí Tulum
Las instalaciones del Hotel Rubí Tulum permanecen con candados, basura acumulada y vegetación crecida. A pesar del evidente abandono, las luces continúan encendidas y las cámaras de seguridad siguen activas, generando confusión entre los turistas que llegan con comprobantes de pago.
Los huéspedes afectados afirman que los números de contacto del hotel no responden y los correos electrónicos permanecen sin contestar, configurando un patrón que recuerda a otros casos de fraude en destinos turísticos del país.
Una crisis turística que se agrava
El caso del Hotel Rubí Tulum coincide con una caída drástica en la ocupación hotelera en la zona. Durante septiembre de 2025, los niveles bajaron a menos del 50%, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Muchos negocios, restaurantes y bares del primer cuadro también han cerrado sus puertas por falta de visitantes.
La situación se atribuye a múltiples factores: precios excesivos, restricciones de acceso a playas, deficiencias en servicios básicos y desconfianza generalizada entre los viajeros.
Tulum, entre el abandono y la pérdida de confianza
La viralización de videos y denuncias sobre el Hotel Rubí Tulum ha alimentado el debate sobre el deterioro del destino. En redes sociales, usuarios advierten sobre posibles fraudes y recomiendan verificar cada reservación antes de viajar.
Autoridades locales minimizan la crisis, pero las cifras muestran una realidad distinta: caída histórica en la ocupación, cancelación de rutas aéreas y pérdida del turismo nacional e internacional.
El caso del Hotel Rubí Tulum se ha convertido en un recordatorio de los riesgos que enfrenta el turismo de Quintana Roo si no se actúa con transparencia y vigilancia. Su impacto va más allá del fraude: refleja la fragilidad de un modelo turístico que, por ahora, parece perder brillo frente al abandono y la desconfianza.
