Grand Island Cancún en revisión de Semarnat
La revisión del proyecto Grand Island que impulsa el gobierno federal no tiene como objetivo “espantar a inversionistas”, sino verificar que el procedimiento haya sido apegado a derecho y que sea viable ambientalmente, aseguró Rogelio Jiménez Pons, director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
La decisión queda en manos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) una vez que se revise todo el procedimiento por el cual le fue otorgada la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), añadió.
Jiménez Pons recordó que el Fonatur no tiene capacidad para ampliar las plantas de tratamiento de aguas negras que procesan todos los residuos que generan las más de 30,000 habitaciones que operan en la zona hotelera de Cancún, por lo que éste fue uno de los factores que motivó la revisión a la que se somete el proyecto.
A ello se suma que tampoco hay recursos para invertir en este tipo de infraestructura, por lo que no es buena idea pretender construir más hoteles, sobre todo de la magnitud que supone el Grand Island de 3,000 habitaciones, lo cual implica una demanda de servicios que no podría atender en este momento la zona hotelera de Cancún, explicó.
De cualquier manera, dijo, la decisión final la tendrá que tomar la Semarnat con base en la revisión de las valoraciones técnicas y ambientales que se presentaron durante el proceso de evaluación del proyecto entre el 2018 y el 2019.
Recientemente, el secretario de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo, Alfredo Arellano Guillermo, informó que la dependencia a su cargo emitió una opinión técnica en la que señalan que Grand Island es inviable en términos ambientales para la zona hotelera de Cancún.
Además de ser incompatible con instrumentos de regulación urbana, pone en riesgo zonas de manglar, “no existe la capacidad para atender un proyecto de esta magnitud en términos de movilidad urbana”, aseveró.
Dicha opinión la emitieron durante el proceso de evaluación de impacto ambiental al que fue sometido el proyecto por parte de la Semarnat durante el 2019, la cual debe solicitar una opinión técnica tanto al gobierno estatal como al municipio en el que se construirá el complejo.
“Emitimos una opinión técnica en sentido negativo. El proyecto no se ajusta a algunos lineamientos, algunos parámetros ambientales y por eso se emitió de manera negativa”, expuso el secretario.
Esto significa que el proyecto excedía los límites de construcción, además de que en algunas zonas de los terrenos donde se proyecta construir existen humedales, que son un hábitat protegido por las leyes mexicanas.
El Grand Island sería un hotel dividido en dos etapas: la primera consistirá en la construcción y apertura de 2,000 habitaciones con sus respectivas áreas comunes, circulaciones verticales, albercas, amenidades, áreas de servicio y estacionamiento.
La segunda contempla el mismo alcance para 1,000 habitaciones más, que también contará con las áreas referidas. El tiempo estimado de desarrollo total es de 39 meses; la inversión prevista asciende a 10,000 millones de pesos.
(Con información de Infoqroo)