Según el reporte del INEGI los ingresos trimestrales por familias pasaron de un promedio de 60 a 46 mil pesos, por lo que hubo un desplume del 23.67 por ciento en los ingresos.
En cuanto a gastos, los servicios básicos como la electricidad, la gasolina, el agua y la salud fueron los rubros en donde las familias tuvieron que erogar más de los habitual; es decir, mientras en rubros como la alimentación y la educación pudieron gastar menos, en esos primeros rubros no tuvieron más opción que seguir pagando, incluso, más que antes de la contingencia sanitaria.
La entidad federativa se ubicó entre los estados más afectados, y es porque depende en gran medida del sector servicios, sobre todo de los negocios de preparación de alimentos y de la hotelería, los cuales el año pasado estuvieron cerrados casi en su totalidad, mientras que aquellos que permanecieron abiertos tuvieron que reducir los salarios.
Ya que en Quintana Roo, la principal fuente de ingresos es el salario directo del trabajo, es decir, la mayoría de las familias no cuenta con otro tipo de ingresos, y ante la disminución, de un promedio de 40 mil pesos trimestrales pasó a 29 mil pesos.