Caleseros de Cozumel mantienen su operación bajo amparo mientras buscan alternativas sustentables
A días de concluir el 2024, el sector de caleseros de Cozumel sigue operando bajo el amparo que les permite utilizar calesas tiradas por caballos en las zonas turísticas de la isla, mientras avanzan en negociaciones con el Ayuntamiento para la reasignación de los espacios que ocupaban anteriormente en el malecón y la zona de los muelles de cruceros, en el sur de la isla.
Uno de los operadores del gremio, quien prefirió mantenerse en el anonimato, comentó que el costo promedio por recorrido es de 100 dólares (aproximadamente 2,000 pesos mexicanos), y que cada trayecto tiene una duración de 50 minutos, abarcando puntos emblemáticos como la zona residencial, la primera iglesia y el primer cuadro colonial de la ciudad.
Aunque el sector sigue bajo la tutela del amparo, los caleseros han anunciado un avance importante hacia la sustentabilidad. Están en proceso de construcción de su segunda calesa eléctrica, lo que representa un esfuerzo significativo para adaptarse a las normativas de bienestar animal y ofrecer un servicio más ecológico a los turistas. Esta transición, además de cumplir con las leyes locales, busca garantizar la continuidad de una de las tradiciones turísticas más emblemáticas de la isla.
Por otro lado, aunque la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) se mantiene a la espera de una resolución sobre el amparo, el Ayuntamiento de Cozumel está a la expectativa de las decisiones legales, mientras el gobierno estatal se concentra en buscar soluciones que permitan retirar gradualmente a los caballos de las calles. La exposición de los animales al sol durante todo el día y sobre el pavimento caliente ha generado preocupaciones sobre el cumplimiento de la Ley de Bienestar Animal del Estado.
El gobierno estatal, a través de sus diversas dependencias, trabaja en alternativas para resolver la situación de los caballos en la isla, al mismo tiempo que se busca un equilibrio entre el respeto a las normativas sobre el bienestar animal y la continuidad de las actividades turísticas. En este contexto, los caleseros confían en que pronto se puedan alcanzar acuerdos que les permitan adaptarse a la nueva realidad y seguir siendo parte importante del atractivo turístico de Cozumel.
