En Cambio Diario informó que la alcaldesa niega intentona de vender predios cercanos a Playa Marlín. Ante la fuerte oleada social y política, la presidenta municipal de Benito Juárez, Ana Paty Peralta, rechazó que exista la intención de vender dichos predios. Calificó como “rumores infundados” las versiones que circularon recientemente en redes sociales y medios de comunicación. Cabe recordar que ella misma reconoció antes que el Ayuntamiento carece de recursos y contemplaba comercializar algunas propiedades.
Pretexta desinformación Ana Paty
Desde la Región 103, durante el inicio de una obra, la aspirante a futura gobernadora, quien mantiene una campaña de encuestas pagadas a su favor para posicionarse, acusó, nerviosa, una campaña de supuesta desinformación con fines políticos.
“Las playas son bienes públicos por ley, y nuestro gobierno no va a permitir que se trafique con ellas”, afirmó la alcaldesa, al tiempo que señaló que el tema provino de un simple ejercicio de precabildeo entre regidores, sin carácter vinculante ni formal, buscando ahora, minimizar el escándalo de la alianza con alianza con “Tío Richie”, Ricardo Salinas Pliego.el empresario y enemigo de la 4T.
La alcaldesa fue abandonada a su suerte por todo el Cabildo y por la gobernadora Mara Lezama
Cómo se recordará, Peralta de la Peña pertenece a una corriente política dependiente del Partido Verde Ecologista de México, y aunque le fue prestada la casaca de Morena, sus intereses políticos y económicos están ligados al PVEM, en el cual milita; además, es amiga de Ninfa Salinas, hija del millonario empresario en cuestión.
Ninfa Salina y Ana Paty Peralta son presuntamente señaladas en otras canonjías al amparo del poder de élite, al que se acostumbra en los negocios del grupo Salinas y en la alta esfera del Partido Verde.
La intentona: lo que ocurrió en el cabildo
La polémica estalló tras una reunión entre regidores, ocurrida el pasado 15 de julio, en la que se discutió la eventual enajenación de un terreno municipal ubicado en el kilómetro 13 del bulevar Kukulcán, colindante con Playa Marlín. La propuesta, sin embargo, fue detenida por las regidoras morenistas Silvana Córdova, Miriam Morales e Ivette Manjarrez, quienes votaron en contra junto a representantes de Movimiento Ciudadano y el PRI, bloqueando así la mayoría calificada necesaria para llevarla al pleno.
El síndico municipal, Miguel Zenteno Cortés, reconoció que el predio forma parte del inventario susceptible de venta para financiar obra pública, pero recordó que está bajo concesión desde 2010 y que esta vence hasta 2037. En sus palabras: “Mientras exista la concesión, no puede venderse. Cancelarla no es una opción ahora”.
Zenteno insistió en que cualquier operación de ese tipo debe pasar por evaluaciones bancarias, consultas públicas y el cumplimiento de estrictos lineamientos legales.
Exalcaldes muestran total repudio
El revuelo también reactivó un viejo debate: el uso del último predio costero sin edificar en la zona hotelera. Tres exalcaldes de Cancún, José Irabién Medina, Gregorio Sánchez Martínez y Rafael Lara Lara, se pronunciaron públicamente en contra de su venta, recordando incluso un intento similar en 2018 durante la gestión de Remberto Estrada, frenado por la presión ciudadana cuando se pretendía enajenar el terreno al Grupo Salinas por más de 139 millones de pesos.
“Ese terreno debe quedarse como espacio público, no privatizarse”, sentenció Irabién, quien recordó que ahí alguna vez existieron canchas deportivas. “Es uno de los últimos respiros urbanos del municipio”, añadió.
Gregorio Sánchez fue más allá: “Durante mi administración no se vendió ni un solo terreno estratégico. Este es el más valioso. No puede terminar en manos privadas”.
Niega Ana Paty intentona de vender predios: cancunenses piden conservación de espacios públicos
Rafael Lara, por su parte, apuntó que el terreno podría transformarse en un área pública con equipamiento digno: “Más allá del uso de suelo, lo que hace falta es voluntad política para rescatarlo para la gente”.
Por su parte, los cancunenses coinciden en que la conservación de espacios públicos es clave para reducir la desigualdad y elevar la calidad de vida. Cancún enfrenta una urbanización acelerada, y cada metro de costa libre representa una oportunidad para fortalecer el tejido social, ofrecer alternativas de recreación gratuitas y mitigar los efectos del cambio climático.