La sequía en el norte de México volvió al centro del debate público luego de que el gobierno federal alcanzó un entendimiento con Estados Unidos para la entrega de más de 249 millones de metros cúbicos de agua. Ante este escenario, el Consejo Consultivo del Agua advirtió que la presión sobre los recursos hídricos aumentará y exigió mayor inversión en infraestructura y manejo del líquido.
El organismo consideró que el acuerdo bilateral sobre la cuenca del Río Bravo representa un paso necesario para cumplir compromisos internacionales. Sin embargo, alertó que la disponibilidad de agua en el norte del país continuará reduciéndose debido a los efectos acumulados de la sequía prolongada.
¿Qué implica el acuerdo hídrico entre México y Estados Unidos?
Los gobiernos de México y Estados Unidos informaron que alcanzaron un entendimiento para la entrega de 249.163 millones de metros cúbicos de agua a partir de la semana del 15 de diciembre. Este volumen forma parte de los compromisos establecidos en los mecanismos de cooperación binacional en la cuenca del Río Bravo.
El acuerdo fue presentado como una medida extraordinaria tras varios años de estrés hídrico en la región. Las autoridades señalaron que la liberación del recurso se realizará sin comprometer el consumo doméstico ni las actividades productivas prioritarias en territorio mexicano.
¿Cómo impacta la sequía en el norte de México en la disponibilidad de agua?
La sequía en el norte de México ha provocado una reducción sostenida en los niveles de agua superficial. Presas, ríos y acuíferos enfrentan presiones crecientes que limitan la capacidad de respuesta ante compromisos nacionales e internacionales.
El Consejo Consultivo del Agua explicó que estos escenarios no son temporales. La recurrencia de periodos secos más intensos y prolongados anticipa un contexto de mayor complejidad para la gestión del recurso hídrico en los próximos años.
¿Qué acciones propone el Consejo Consultivo del Agua?
Ante este panorama, el organismo hizo un llamado al gobierno federal para incrementar de manera sustancial la inversión en el manejo del agua. Entre las medidas planteadas se encuentra la tecnificación del campo, con el objetivo de reducir pérdidas en el uso agrícola, que concentra una parte significativa del consumo nacional.
También se propuso la modernización de la infraestructura hidráulica, incluyendo redes de distribución y sistemas de almacenamiento. Estas acciones buscan mejorar la eficiencia y disminuir fugas que agravan el déficit hídrico en regiones afectadas por la sequía.
¿Por qué es clave actualizar normas y fomentar el reúso del agua?
El Consejo destacó la necesidad de actualizar el marco normativo para promover el reúso y la regeneración del agua. Según el organismo, los esquemas actuales no responden plenamente a las condiciones de escasez que enfrenta el país, en especial en el norte.
El impulso a sistemas de recuperación y tratamiento permitiría ampliar la disponibilidad del recurso para usos productivos e industriales, sin incrementar la presión sobre fuentes naturales ya comprometidas por la sequía en el norte de México.
¿Cómo se prioriza el consumo interno frente al compromiso internacional?
El organismo respaldó la postura del gobierno federal de garantizar en primer lugar el consumo doméstico y las actividades productivas esenciales. En este contexto, consideró que la entrega de agua a Estados Unidos se realiza como un esfuerzo extraordinario después de una sequía prolongada.
La organización subrayó que cumplir con el acuerdo no exime la necesidad de construir una política hídrica de largo plazo. Sin cambios estructurales, la presión sobre el recurso podría generar impactos económicos y sociales más severos en las regiones del norte.
¿Qué riesgos enfrenta México si no se actúa a tiempo?
De acuerdo con el Consejo Consultivo del Agua, la falta de acciones concretas podría derivar en escenarios críticos. La disminución de la disponibilidad hídrica afectaría la producción agrícola, la actividad industrial y el acceso al agua potable para millones de personas.
El organismo advirtió que la sequía en el norte de México exige respuestas integrales que combinen inversión, planeación y coordinación entre niveles de gobierno. Sin estas medidas, los efectos podrían ser acumulativos y difíciles de revertir.
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