Renuncian unánimemente los miembros del Consejo Consultivo de la CNDH
Los seis integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han presentado su renuncia de manera unánime al cargo conferido por el Senado de la República.
A través de un comunicado, expresaron su profunda insatisfacción debido a las obstaculizaciones continuas que han enfrentado en el ejercicio de sus funciones, llegando al punto de ser ignorados por completo. Además, señalaron haber recibido amenazas y calumnias que afectaron no solo a los miembros del Consejo, sino también a través de los recursos, personal y medios de la CNDH, incluyendo sus redes sociales.
Los consejeros renunciantes, Tania Espinosa Sánchez, Adalberto Méndez López, Bernardo Romero Vázquez, Jorge Alejandro Saavedra López, Ángel Trinidad Zaldívar y Georgina Diédhiou Bello, manifestaron que estos obstáculos han hecho que cumplir con su función resulte prácticamente imposible.
Han enfrentado desacuerdos con la presidenta de la CNDH desde interpretaciones simples hasta procedimientos internos, incluyendo cuestiones relacionadas con el quórum, la mayoría de votos y conflictos de interés en la contratación de personal, además de negárseles la facultad de realizar modificaciones mínimas al orden del día de las sesiones del propio Consejo.
Los consejeros han enfatizado que desde el inicio de su encomienda, han buscado aplicar lo que establece la ley, otorgándoles la atribución de “establecer los lineamientos generales de actuación de la Comisión Nacional”. Sin embargo, han experimentado dificultades para mediar y razonar con la presidenta de la CNDH en prácticamente todas las acciones emprendidas por el órgano.
Entre los casos más extremos que mencionaron se encuentra la falta de emisión de recomendaciones generales, que pareciera haberse hecho con la intención de no incorporar sus observaciones, además de la publicación de posicionamientos públicos sobre derechos humanos en los que la presidenta se ha manifestado en sentido contrario a las recomendaciones unánimemente aconsejadas o incluso ha ignorado resoluciones adoptadas por la mayoría del Consejo, en asuntos de su competencia exclusiva.
A pesar de no recibir un salario, remuneración económica ni beneficios en especie, y pagar sus propios gastos de transporte para asistir a las reuniones ordinarias y extraordinarias del Consejo, los miembros han decidido unánimemente renunciar debido a la percepción de que la CNDH, un órgano que debería ser autónomo, parece estar sirviendo a intereses distintos a la defensa y protección de los derechos humanos.
Consideran que su presencia solo legitima decisiones unilaterales y sesgadas de la presidenta de la CNDH y han tomado esta decisión en base a su compromiso personal con la causa de los derechos humanos en México.
TE PUEDE INTERESAR Javier May promueve unidad en Tabasco para la Cuarta Transformación