El presidente Andrés Manuel López Obrador ha descartado la implicación del expresidente Enrique Peña Nieto y el exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
Durante su conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional, el presidente expresó su hipótesis sobre los hechos, afirmando que se trató de un contubernio entre autoridades locales y la delincuencia, con la posible participación de “algunos elementos” del Ejército.
López Obrador destacó que lo ocurrido en Ayotzinapa estuvo relacionado con decisiones tomadas por autoridades locales y la colaboración con grupos delictivos, aunque reconoció que el Estado tuvo la oportunidad de aclarar los hechos en su momento y no fabricar mentiras al respecto.
En cuanto a la participación del Ejército, el presidente matizó que su involucramiento podría limitarse al delito de omisión, por no haber evitado la desaparición de los estudiantes.
Respecto a la responsabilidad de los mandos superiores, incluyendo a Enrique Peña Nieto y Salvador Cienfuegos, López Obrador declaró que no cree que desde el gobierno se haya ordenado la desaparición de los jóvenes. Sin embargo, enfatizó su compromiso de seguir investigando y, si se demuestra lo contrario, estar dispuesto a reconocerlo.
Finalmente, el presidente hizo un llamado a cualquier funcionario o civil que haya participado o sido testigo de eventos relacionados con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y que pueda sentir arrepentimiento, a que se acoja a la figura de testigo protegido y brinde información a las autoridades para contribuir a esclarecer el caso.
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