Este fin de semana, Nuevo León se encuentra en una situación peculiar con dos gobernadores: Luis Enrique Orozco Suárez, gobernador interino, y Samuel García, el gobernador constitucional en licencia, quien decidió reasumir actividades a pesar de notificar su renuncia a las aspiraciones políticas.
El gobernador interino, Luis Enrique Orozco Suárez, inició sus funciones el sábado al acudir al campo de Fuerza Civil para el pase de revista y buscar una reunión con integrantes del gabinete, aunque fue desairado. Posteriormente, visitó los municipios rurales de Agualeguas y Parás, según lo compartió en su recién creada cuenta de Instagram.
En contraste, Samuel García notificó al Congreso su decisión de reasumir la gubernatura y confirmó la renuncia a sus aspiraciones políticas. El mismo sábado, se reunió con los integrantes del gabinete y compartió en sus redes sociales: “Hoy en la tarde me reuní con el mejor gabinete de México, el del nuevo Nuevo León. Seguimos IM-PA-RA-BLES.”
Incluso, para este domingo, García tiene programado un evento público para participar en el arranque de la reconstrucción de un puente vehicular en la carretera a Colombia, ubicado en el municipio metropolitano de Escobedo, gobernado por el partido Morena.
Sin embargo, esta decisión de Samuel García podría implicar desacato o usurpación de funciones, ya que, según el presidente del Congreso, Mauro Guerra, la licencia otorgada por el legislativo local sigue vigente. Además, su retorno requeriría la aprobación del Congreso de Nuevo León, con el cual García mantiene serias diferencias. La situación plantea interrogantes sobre la validez de las acciones emprendidas por García y el complicado escenario político en el estado.
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