Durante una protesta por los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, manifestantes incendian un camión frente al Campo Militar 1, en el Estado de México,. La tensión estalló cuando un grupo encapuchado logró derribar los portones de la base militar usando un camión de mercancías. La protesta se intensificó con el uso de petardos y fuego, mientras exigían la entrega de los 800 folios de la Secretaría de la Defensa que contienen información sobre los hechos del 26 de septiembre de 2014.
Contexto histórico: Los 43 estudiantes de Ayotzinapa
En Cambio Diario informa que el 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecieron en Iguala, Guerrero, en un crimen que involucró al Ejército y autoridades locales. Desde entonces, familiares y colectivos de derechos humanos han exigido justicia y transparencia. Cada año, se organizan marchas y concentraciones para mantener viva la memoria de los jóvenes y presionar para obtener resultados en las investigaciones.
El desarrollo de la protesta
Llegada y concentración de manifestantes
Desde el mediodía, grupos de manifestantes y familiares de los estudiantes desaparecidos se concentraron frente al Campo Militar 1A. Su objetivo era exigir avances en la investigación y acceso a documentos militares relacionados con la desaparición de los jóvenes. Los asistentes llevaban pancartas con los rostros de los estudiantes y mensajes como “Ayotzinapa vive” y “Hasta encontrarlos, verdad y justicia”.
Derribo del portón y ataque con el camión
Cerca de la una de la tarde, un grupo de encapuchados comenzó a lanzar petardos sobre la valla que protege las instalaciones. En medio de la tensión, un manifestante utilizó un camión de mercancías para embestir tres veces las puertas de hierro del Campo Militar. El vehículo quedó encajado en la entrada, provocando alarma entre los presentes y las autoridades. Este acto marcó un punto crítico en la protesta, donde manifestantes incendian un camión frente al Campo Militar, generando imágenes impactantes que rápidamente se viralizaron.
Incendio del vehículo y reacción de bomberos
Tras bloquear la entrada, los manifestantes iniciaron una hoguera debajo del camión y lanzaron petardos al interior del vehículo. Las llamas se extendieron, y bomberos llegaron al lugar para controlar el incendio antes de que se propagara a las instalaciones castrenses. Afortunadamente, no se reportaron heridos durante el incidente. {Protestas en el Estado de México} y {acciones de bomberos} fueron claves para contener la situación.
Demandas y reclamos de los familiares
Los padres y madres de los estudiantes exigen la entrega completa de los 800 folios del Ejército, información sobre teléfonos y seguimiento de los jóvenes días posteriores a la desaparición, y la extradición de implicados que huyeron al extranjero. La frustración crece ante la falta de avances y la negativa de las autoridades a entregar documentos cruciales para la investigación.
Respuesta de autoridades
En reuniones recientes, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, reiteró que toda la documentación en posesión del Ejército ya había sido entregada. Sin embargo, los manifestantes continúan pidiendo transparencia y detalles sobre la vigilancia militar y la participación de otros cuerpos de seguridad. Transparencia militar es uno de los puntos centrales del reclamo.
Impacto y consecuencias
El derribo del portón y el incendio del camión provocaron alarma entre vecinos y transeúntes. Las protestas también resaltan la persistente tensión entre familiares de los desaparecidos y autoridades. Este tipo de incidentes, además de llamar la atención mediática, refuerza la presión social sobre los organismos responsables de la investigación.
Manifestantes incendian un camión frente al Campo Militar
La protesta frente al Campo Militar 1 muestra que la exigencia de justicia por los 43 estudiantes de Ayotzinapa continúa vigente. Manifestantes incendian un camión frente al Campo Militar como símbolo de su desesperación y persistencia. La vigilancia y respuesta de las autoridades buscan evitar daños mayores, pero la presión social sobre el caso no cede.
