En Cambio Diario informa que la Presidenta impulsa una reforma aduanera con el objetivo de fortalecer la recaudación, modernizar los procesos y proteger la industria nacional. Rafael Marín Mollinedo, operador estratégico en la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), es la pieza clave de confianza para ejecutar esta transformación.
¿Qué busca la reforma aduanera de la Presidenta?
La iniciativa presentada el 9 de septiembre de 2025 ante la Cámara de Diputados no solo busca recaudar más, sino redefinir el papel de los aranceles. Ya no serán solo impuestos, sino herramientas de política económica. El objetivo: corregir distorsiones comerciales, proteger a productores mexicanos y reducir la dependencia de importaciones estratégicas. Se apunta a que al menos el 50% de la proveeduría en sectores clave sea nacional.
Los sectores más afectados por los nuevos aranceles
Productos con arancel del 10% al 50%: ¿Cuáles son?
Desde bobinas para la industria textil hasta aluminio aeronáutico, los aranceles del 10% apuntan a insumos industriales. En el otro extremo, productos como lacas, champús, dentífricos y hasta asientos de inodoro se enfrentarán a un 35%. Los más golpeados: maquillaje de labios y forros de paneles para tractores, con un 50%. También entran vajillas, ventanas, artículos escolares, calzado y hasta limpiaparabrisas. La lista es extensa y meticulosa.
Modernización tecnológica en aduanas: control en tiempo real
Expediente electrónico y trazabilidad obligatoria
Cada mercancía deberá tener un expediente digital con factura, pago, gastos de transporte y contratos. Además, se exige videovigilancia, sistemas de inventario y monitoreo en tiempo real en todos los recintos aduaneros. El acceso remoto para las autoridades será obligatorio. Esto permitirá rastrear cada producto desde su entrada hasta su destino final, reduciendo el contrabando y la evasión.
Cambios en reglas para residentes extranjeros y transportistas
Empresas de paquetería: nuevos requisitos de riesgo y acceso
Las empresas de mensajería deberán implementar sistemas de análisis de riesgo y dar acceso en línea a la autoridad aduanera. La autorización durará dos años, renovable. También se reduce de 10 a 5 años el plazo de estancia de embarcaciones y casas rodantes de extranjeros. Todo para cerrar brechas legales y evitar usos indebidos del régimen aduanero.
La Presidenta impulsa una reforma aduanera con visión estratégica
La Presidenta impulsa una reforma aduanera que va más allá de lo fiscal. Se trata de construir una economía soberana, competitiva y justa. Los aranceles ya no son solo para llenar arcas, sino para impulsar la innovación, el desarrollo tecnológico y la integración productiva nacional. Se priorizan sectores como semiconductores, farmacéutica, aeroespacial y equipos médicos.
La Presidenta impulsa una reforma aduanera que redefine el comercio exterior mexicano. No se trata de cerrar fronteras, sino de abrir oportunidades para la industria local, con reglas claras, tecnología de punta y trazabilidad total. El mensaje es claro: México producirá más y mejor, y el Estado lo acompañará con políticas inteligentes.
Objetivo económico: reducir los desequilibrios comerciales
Carlos Lerma Cotera, subsecretario de Ingresos de Hacienda, lo dijo sin rodeos: el objetivo es corregir los desequilibrios comerciales acumulados en años recientes. Sectores como el textil, el calzado y el plástico han sido inundados por importaciones subsidiadas. Esta reforma busca nivelar la cancha. No es proteccionismo, es defensa estratégica de la producción nacional.
Impacto en cadenas globales de valor y soberanía industrial
Se apunta a que México no sea solo ensamblador, sino creador de valor. La meta: que la industria local participe con al menos 50% en cadenas globales. Eso implica más proveedores nacionales, más empleos calificados y menos dependencia de insumos extranjeros. Es un cambio de modelo: de consumidores a productores estratégicos.
¿Cómo afectará esto a tu bolsillo ya tu negocio?
Si importas, prepárate para nuevos costos y trámites digitales. Si produce, esta reforma es tu aliada: tendrás menos competencia desleal y más apoyo estatal. Si consume, algunos productos subirán de precio, pero otros se fabricarán aquí, con mejor calidad y más empleos locales. Es un ajuste necesario, aunque no indoloro.