El gobierno de Donald Trump estaría preparando una ofensiva sin precedentes: EE. UU. atacaría mafia mexicana mediante una operación militar secreta del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC) y agentes de la CIA en territorio mexicano. El objetivo sería eliminar laboratorios, rutas y líderes de los principales cárteles del país.
Misiones encubiertas bajo el Título 50
Altas fuentes en Washington confirmaron que el entrenamiento y la logística ya se encuentran en marcha. La estrategia, bajo el Título 50, permitiría a la Casa Blanca ejecutar acciones encubiertas sin notificación pública al Congreso, replicando tácticas usadas en Medio Oriente.
Esta ofensiva, enmarcada en la idea de que EE. UU. atacaría mafia mexicana para frenar el tráfico de fentanilo y armas, incluiría drones de ataque, sabotajes electrónicos y eliminación selectiva de cabecillas del crimen organizado. El plan, según fuentes diplomáticas, se desarrollaría sin la autorización del gobierno mexicano.
Sheinbaum rechaza intervención extranjera
La presidenta Claudia Sheinbaum advirtió que México “no permitirá ninguna incursión armada extranjera” y subrayó que su administración “defenderá la soberanía nacional por todos los medios diplomáticos”.
En respuesta al planteamiento de que EE. UU. atacaría mafia mexicana, Sheinbaum afirmó que su gobierno está coordinando medidas con la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Sedena para monitorear cualquier movimiento irregular en la frontera.
Por su parte, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, respaldó la postura de la presidenta y señaló que “la fuerza del Estado mexicano debe ser la que actúe dentro del país, no fuerzas extranjeras”.
Escalada de tensiones
Si se confirma que EE. UU. atacaría mafia mexicana sin acuerdo bilateral, sería el mayor quiebre diplomático entre ambos países en décadas. Expertos alertan que el uso de tropas estadounidenses en territorio mexicano podría desatar protestas, sanciones y ruptura parcial de la cooperación en materia de seguridad.
Washington argumenta que los cárteles ya fueron designados como organizaciones terroristas extranjeras, lo que permitiría acciones armadas. Sin embargo, diplomáticos en ambos lados coinciden en que una incursión unilateral generaría consecuencias imprevisibles en toda América Latina.
Mientras tanto, México mantiene vigilancia militar en la frontera norte y prepara una respuesta institucional para defender su soberanía si se concreta la ofensiva que EE. UU. atacaría mafia mexicana.
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