Una cadena de operativos para frenar el “huachicol de agua” ha derivado en que el control del agua genera caos en la CDMX, con bloqueos en vialidades primarias, protestas de piperos y tensión social que impacta el servicio en varios puntos de la metrópoli.
La medida impulsada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y autoridades locales de la CDMX y el Edomex derivó en el cierre de pozos y tomas clandestinas, lo que provocó que transportistas de agua bloquearan rutas en la zona de Ermita Iztapalapa, generando severas afectaciones viales y las purificadoras del oriente de la capital cerraran y colocaran cartulinas protestando, culpando de la situación a “el gobierno”.
Con decenas de pipas detenidas y manifestantes tomando posiciones sobre el Eje 6 Sur y Calzada Ermita Iztapalapa, la congestión vehicular alcanzó niveles críticos. Usuarios y residentes reportaron horas de retrasos mientras la alcaldía informaba que el cierre de tomas no afecta el abasto doméstico pero sí las actividades comerciales de distribución.
La competencia por el recurso
El operativo en torno al agua generó una crisis que expone la fragilidad logística del abastecimiento en la megaciudad. Mientras la Conagua y diversas autoridades intentan normalizar la situación, la movilización de piperos revela un colapso temporal en la estructura de distribución; una prueba más de que control del agua genera caos en la CDMX al combinarse con intereses económicos y fallas de supervisión.
Además, la presencia de la Guardia Nacional y otros cuerpos de seguridad como parte de “Operación Caudal” amplifica la complejidad: los bloqueos no solo implican desabasto parcial, sino también la interrupción de servicios públicos y la intervención de fuerzas federales en la regulación del suministro.
Impacto en el día a día de la capital
En la delegación Iztapalapa, usuarios de transporte público, automovilistas y negocios expresaron su frustración tras horas atrapados en el tráfico o sin acceso al suministro habitual de agua de garrafón. Las purificadoras locales explican que desde el fin de semana suspendieron actividades ante el cierre de sus fuentes de abastecimiento y apenas se están regularizando.
¿Prevención, vigilancia o falla en la ejecución?
La crisis actual muestra que, cuando el abastecimiento hídrico se ve intervenido sin una ruta clara de gestión, el escenario derivado se torna caótico. Si bien acciones como las de Conagua buscan frenar la extracción ilegal del agua, los efectos son inmediatos: control del agua genera caos en la CDMX cuando las instancias involucradas no se coordinan correctamente.
Toca ahora atender los reclamos de los transportistas, purificadoras y ciudadanos afectados, dar a cada quien lo correspondiente. La participación de fuerzas federales refuerza la urgencia, pero no sustituye soluciones administrativas y de infraestructura.
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