Los habitantes de Acapulco enfrentan una crisis de agua potable tras la devastación causada por el huracán John. La creciente del río Papagayo ha provocado el colapso de los cuatro sistemas de bombeo que abastecen a casi 600 mil personas en la región, exacerbando la situación de emergencia tras el fenómeno meteorológico.
Ante la falta de acceso al agua potable, los acapulqueños han recurrido a métodos improvisados para abastecerse. Utilizando cubetas y garrafones, buscan acarrear el líquido desde manantiales, ojos de agua, escurrimientos y pequeños arroyos, lo que les permite cubrir sus necesidades básicas en los hogares.
Para mitigar la crisis, la Universidad Autónoma de Guerrero ha implementado una planta potabilizadora de agua, destinada a garantizar el consumo humano, especialmente ante la escasez que se ha presentado en las purificadoras locales.
Esta situación subraya la urgente necesidad de medidas que aseguren el acceso al agua potable para los habitantes de Acapulco, quienes siguen luchando por restablecer la normalidad en sus vidas tras el impacto del huracán.