La noticia de la muerte de Giorgio Armani conmocionó al mundo de la moda, pero también abrió una pregunta inevitable: ¿quién se quedará con el control del imperio Armani? A sus 91 años, el diseñador italiano no solo revolucionó la alta costura, sino que construyó un conglomerado independiente con presencia global en la moda, la hotelería y la gastronomía. En Cambio Diario te trae la información.
Con más de 650 tiendas, hoteles de lujo y restaurantes en ciudades como Nueva York, París, Milán y Hong Kong, el Grupo Armani generó en 2024 ingresos por 2,300 millones de euros, empleando a 8,700 personas alrededor del mundo.
La Fundación Giorgio Armani toma el control
Armani preparó su sucesión con anticipación. En 2016 creó la Fundación Giorgio Armani, una entidad sin fines de lucro que desde ahora será responsable de gestionar la marca y sus activos. Según sus estatutos, ninguna ganancia podrá ser distribuida entre herederos, ya que todos los beneficios deberán reinvertirse en proyectos institucionales o de crecimiento empresarial.
El consejo de administración de la fundación está integrado por su mano derecha y pareja, Pantaleo Dell’Orco, su sobrino Luca Camerana, y el banquero Irving Bellotti, ejecutivo de Rothschild Italia.
El valor de la marca y sus activos
Analistas financieros estiman que el imperio Armani tiene un valor de entre 6,000 y 7,000 millones de euros. Esta cifra incluye no solo la rentabilidad de sus marcas —como Armani Privé, Emporio Armani y Armani Exchange— sino también una robusta cartera inmobiliaria con propiedades en el distrito de la moda de Milán y otras capitales exclusivas.
Uno de los activos más recientes es la icónica discoteca y restaurante La Capannina, adquirida por Armani en Forte dei Marmi, Toscana, como un gesto final hacia su círculo cercano.
Una empresa sin deudas y con visión a futuro
A diferencia de muchas casas de moda, Giorgio Armani evitó el endeudamiento masivo. En 2024, invirtió 332 millones de euros en expansión y nuevos proyectos, más del doble que el año anterior. La empresa mantiene una liquidez cercana a los 600 millones de euros, lo que garantiza su sostenibilidad y autonomía financiera.
El diseñador no solo deja un legado estético y cultural, sino también una organización moderna, autosuficiente y alineada con su visión: una elegancia atemporal respaldada por solidez empresarial.