Estrategia incoherente arruina la misión de EE.UU. en Afganistán
Una estrategia incoherente para reconstruir Afganistán, repleta de recursos pero carente de un liderazgo cohesionado y una misión bien definida, condenó el esfuerzo de reconstrucción de 20 años de Estados Unidos, que vio cómo los contribuyentes estadounidenses invertían US$ 145.000 millones en proyectos a menudo insostenibles, corruptos y forzados en plazos poco realistas.
Las conclusiones del último informe del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés) ofrecen una crítica mordaz a la misión de Estados Unidos en Afganistán, justo cuando el Gobierno de Biden se esfuerza por evacuar a estadounidenses y afganos del aeropuerto de Kabul en una caótica carrera.
El informe, titulado “Lo que debemos aprender: Lecciones de veinte años de reconstrucción de Afganistán”, señala lo mucho que queda por hacer. “Después de 13 años de supervisión, la lista acumulada de retos sistémicos que SIGAR y otros organismos de supervisión han identificado es asombrosa”, dice el informe.
El documento, el undécimo publicado por el SIGAR sobre las lecciones aprendidas, describe cómo EE.UU. ha invertido recursos y vidas en una misión imposible y mal definida. Aunque señala puntos positivos, como la reducción de las tasas de mortalidad infantil, el aumento del PIB per cápita y el incremento de las tasas de alfabetización, el informe es una letanía de incompetencia, injerencia, ofuscación e ilusiones.