Este jueves 8 de septiembre, la reina de Reino Unido, Isabel II, murió a los 96 años de edad, tras un deterioro en su estado de salud.
La monarca más longeva en la historia del Reino Unido, partió de este mundo en el Castillo de Balmoral, en Escocia, rodeada de sus hijos.
Previamente, el Palacio de Buckingham informó que la reina Isabel II se encontraba bajo supervisión médica, luego de que expresaran su preocupación por su salud.
La última aparición que tuvo fue el pasado martes 6 de septiembre cuando recibió a la nueva primera ministra de Reino Unido, Elizabeth Truss. En la imagen dada a conocer por la casa real, se pudo ver a la reina más delgada, y apoyada con un bastón para poder caminar.
Posteriormente, Isabel II suspendió una reunión prevista con su Consejo Privado por recomendación médica de guardar reposo.
Fue en febrero de 1952, cuando Isabel accedió al trono tras la muerte de su padre el rey Jorge VI, pero su coronación ocurrió 16 meses después, el 2 de junio de 1953.
La monarca de 96 años encabezó la corona británica desde hace más de 70 años. Apenas este año, Isabel cumplió su Jubileo de Platino. Es la primera reina de Reino Unido en lograrlo.
Su reino, además del Reino Unido, comprendía 14 países de la Mancomunidad Británica, entre los cuales están Canadá, Australia y Nueva Zelandia.
La sucesión
Carlos de Gales es el hijo mayor de la Reina Isabel II y de su esposo el príncipe Felipe de Edimburgo, por lo tanto, es el heredero al trono del Reino Unido, así como de los reinos de la Mancomunidad de Naciones.
Otros datos
Isabel II nació en 21 de abril de 1926 en Londres. Su nombre de nacimiento fue Elizabeth Alexandra Mary.
En 1947 se casó con el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, que falleció el 9 de abril de 2021.
Sus hijos: Carlos, príncipe de Gales; Ana, princesa real; Andrés, duque de York y Eduardo, conde de Wessex.
La monarca tuvo 8 nietos, de los cuales destacan Guillermo (segundo heredero al trono) y su hermano Harry. Además de 11 bisnietos.
El protocolo London Bridge
Tras su muerte, se activó el protocolo “London Bridge”, o “Puente de Londres”, el cual dicta cómo deben actuar la Casa Real y el gobierno británico no sólo el día del deceso, marcado como “Día D”, sino los días subsecuentes, hasta llegar al décimo, cuando se debe realizar el funeral.