La estructura de liderazgo de los talibanes ha sido un misterio durante mucho tiempo, y se sabe poco sobre cómo funciona más allá de las figuras más influyentes del grupo.
Después de tomar el control de Afganistán, los talibanes avanzan para formar un nuevo gobierno, con promesas de inclusión y reforma. Sin embargo, un vistazo a la estructura del liderazgo del grupo sugiere que la naturaleza del nuevo gobierno podría reflejar el régimen anterior de línea dura.
El grupo está dirigido por el solitario Haibatullah Akhundzada, un clérigo religioso de rango superior de sus 50 años que fue nombrado jefe después de que un ataque aéreo de Estados Unidos mató a su predecesor en 2016. Proviene del corazón talibán de Spin Boldak, en el sur de la provincia de Kandahar, y estuvo involucrado en el muyahidín —la lucha sagrada islámica— contra la invasión soviética en la década de 1980. Fue nombrado líder de asuntos yihadistas en 2001, según un portavoz talibán, Zabiullah Mujahid.
Su adjunto, Abdul Ghani Baradar, era un miembro prominente del régimen talibán cuando el movimiento estuvo en el poder la última vez. Como jefe del comité político del grupo, actualmente es uno de los líderes más públicos. Baradar regresó a Afganistán después de un exilio de 20 años la semana pasada.
