Como parte de una tradición, cazadores asesinaron con lanzas, cuchillos y rifles, a más de mil 400 delfines en la playa de Skálabotnur, en las Islas Feroe, Dinamarca.
El pasado domingo 12 de septiembre, cientos de hombres acorralaron a mil 428 delfines cara blanca del Atlántico, para darles muerte de manera cruel, como parte del “Grindadrap”, polémica tradición que provoca la indignación y enojo de los ambientalistas.
A pesar de ser una cruel tradición, la matanza indiscriminada e injustificada de los cetáceos, es considerada parte de la cultura local por los habitantes, no así para los grupos ambientalistas, quienes ya se han pronunciado en contra de esta práctica.
La sangrienta tradición, marca que, un hombre se anticipa al avistamiento de los delfines, y sólo cuando localiza a un grupo abundante, lanza un llamado al resto de los cazadores, quienes se alistan en la orilla con lanzas, cuchillos y rifles para acorralar a los delfines y darles muerte cortándoles la cabeza y dejándolos desangrarse.
Cada año, en los meses de julio y agosto, los pobladores llevan a cabo el “Grindadrap” y tras dar muerte a los delfines, extraen la carne y grasa para alimentarse o para su venta ilegal.