La noche del conejo malo.
Ayer tuvo sus 10 premios Billboard bien acomodaditos en el estrado, perfectamente formaditos después de ser nombrado el Artista del Año. “Y en realidad el verdadero premio es el amor de mi familia y de la gente, no necesito más”, dijo el boricua.
Los premios Billboard de la Música Latina le hicieron marca personal, desde la alfombra roja se vio muy cercano a Paquita la del Barrio. La adora, se tomó cuantas fotos pudo y la acompañó al escenario para dar su breve discurso de agradecimiento por ser la primera mujer en ser reconocida por la organización por sus 50 años de carrera.
La llevó del brazo, se aseguró que estuviera cómoda frente al micrófono y regresó a su asiento. Bad Bunny no se dio cuenta que el instrumento le quedaba algo alto y volvió a ponérselo a su altura. “Eres un inútil”, le dijo, obvio de cariño y por la canción que más tarde interpretaría, también, con ayuda del puertorriqueño.
Esta historia de admiración mutua le quitó la rutina a la ceremonia, el aburrido ritmo de show, discurso, premio, repetir, tuvo un respiro gracias a este par de titanes de distintas generaciones, además del fan que se acercó a saltar como loquito y gritar “yo sólo quiero perrear” para celebrar a Bad Bunny.
A Jhay Cortez le tocó cerrar discretamente, no fue ni por mucho el mejor show de la noche, todavía Rosalía y Tokischa tuvieron más acción en su interpretación de Linda y el homenaje al beso de Britney y Madonna en unos MTV Video Music Awards; hasta Rauw Alejandro le echó más ganitas con Todo de ti.
Daddy Yankee tuvo el honor de ser inducido al Salón de la Fama del Billboard como el primero del género urbano y, como lo dijeron sus palabras, “estaban reconociendo al mejor de la historia”. Indiscutible.
Los Black Eyed Peas lo sabían y le aplaudieron.
Fueron los segundos más premiados de la noche, con tres trofeos que incluyeron Artista Crossover del Año; Canción del Año, Ventas con J Balvin por Ritmo (Bad Boys For Life); y canción Latin Pop del año con Ozuna y J.Rey Soul, por Mamacita.
Y nunca se olviden de sus raíces indígenas. Yo no lo hago. Lo tengo presente. Es un orgullo representar a los mexicanos”, expresó Taboo, ya en un mejor español que hace algunos años.