Las autoridades de Estados Unidos confirmaron que no hay sobrevivientes del accidente aéreo ocurrido tras la colisión entre un helicóptero militar y un avión comercial en las gélidas aguas del río Potomac. El jefe de bomberos y servicios de emergencia de Washington, John Donnelly, informó que los equipos de rescate han recuperado 27 cuerpos del avión y uno del helicóptero, y que las operaciones han pasado de búsqueda y rescate a recuperación.
El accidente involucró un helicóptero militar Black Hawk, con tres personas a bordo, y un avión comercial Bombardier CRJ700 de American Eagle, filial de American Airlines, que transportaba a 60 pasajeros y cuatro tripulantes. La colisión ocurrió durante la aproximación del avión a la pista 33 del aeropuerto Ronald Reagan (DCA). Este es el accidente aéreo más grave en EE.UU. en casi 24 años, según el secretario de Transporte, Sean Duffy, quien afirmó que el incidente “era evitable”.
Entre los pasajeros del vuelo 5342 de American Eagle se encontraban patinadores artísticos, entrenadores y familiares que habían participado en un campeonato en Wichita, Kansas. La alcaldesa de Wichita, Lily Wu, expresó su solidaridad con las familias afectadas y destacó que esta tragedia une a Washington D.C. y Wichita.
Las investigaciones preliminares indican que ambos vehículos aéreos seguían trayectorias normales antes del impacto. Las comunicaciones de radio muestran que los controladores advirtieron al helicóptero sobre el tráfico cercano. Las condiciones meteorológicas eran óptimas al momento del accidente, con cielo despejado y sin vientos fuertes.
El aeropuerto Ronald Reagan reabrió sus operaciones a las 11:00 h local, tras permanecer cerrado por varias horas. Las labores de recuperación continúan, y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) analiza los restos para determinar las causas exactas del siniestro.